Por Lucrecia Villanueva Struck
Como hemos visto en las entregas anteriores, el estrés es la respuesta del cuerpo a una situación de emergencia, o a algo que el cerebro interpreta como tal.
No todo lo que nos estresa es realmente una emergencia que nos pone en peligro, muchas veces se trata únicamente de un pensamiento; sin embargo, nuestra mente, para fines prácticos, no distingue si es verdad o no lo es. Por ejemplo: Imagina que exprimes un limón en tu boca, ¿qué te sucedió? Seguramente salivaste, y fue únicamente tu pensamiento lo que generó esa reacción fisiológica. Así como tu pensamiento puede generar esta reacción, también está en la mente controlar la parte del estrés que corresponde a las ideas; por eso, te voy a enseñar algunas técnicas para controlar el estrés:
Disciplinar el pensamiento
Si descubres que estás pensando en todas las cosas que tienes que hacer hoy y sientes la tensión en tu cuerpo, puedes comenzar a repetir algunas frases como las siguientes:
- Estoy concentrado y libre de estrés.
- Estoy relajado y tranquilo.
- Cuanto más trabajo, más tranquilo me siento.
- Resuelvo una cosa, después de otra.
- Soy yo quien determina y decide.
Encuentra una frase que funcione para ti.
Poner atención en lo positivo
Y aquí me refiero a “positivo” como lo que SÍ está presente.
Cada vez que pensamos en lo que no tenemos, en lo que nos falta, generamos la sensación de carencia y eso nos estresa. Si piensas “debería tener un coche del año”, y tienes un modelo viejito, probablemente tu cuerpo se tense por ese pensamiento; así que regresa tu atención a lo que sí tienes: tengo un coche ________pon modelo y año____ y estoy trabajando para mejorarlo. Eso es lo que SÍ hay.
El contacto con la realidad y la aceptación de nuestra situación nos permite observar lo que podemos hacer con esta realidad para cambiarla.
Autogestión
El día tiene 24 horas, 1440 minutos, y tú tienes que dormir, transportarte, comer, etc., ¿son realistas tus planes? Si las expectativas que tienes con respecto al tiempo son poco realistas, sufrirás decepciones que te llevarán a la trampa del estrés.
Control de la respiración
La respiración está conectada con la mente, por lo que la respiración consciente, profunda y controlada es muy eficiente para controlar el estrés.
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Relajación muscular progresiva
Nuestros músculos tienen dos estados fundamentales: contracción y relajación. Aun cuando nos sintamos relajados y en reposo, se sostiene una tensión constante o tono muscular. Dado que el estrés conlleva la contracción muscular, relajar de manera consciente ayuda a liberar el estrés, y es mejor si lo acompañas de respiraciones.
Ejercicio: Tensa todo tu cuerpo durante varios segundos, luego libera la tensión, notarás la diferencia. Así le recuerdas a tu cuerpo la forma en que deseas que esté relajado.
Meditación
Esta es una técnica para focalizar el pensamiento y relajar la mente. Puedes practicarla diez minutos cada día. Lo único que tienes que hacer es sentarte lo más cómodo posible y practicar la relajación, mientras pones atención en tu respiración. Si te distraes, solamente observa tu pensamientos sin emitir juicio y regresa tu atención a la respiración.
Si lo prefieres puedes usarse una frase o mantra que te ayude a concentrarte.
Algunas opciones para disminuir el estrés fuera del trabajo:
- Realizar ejercicio físico con regularidad.
- Evitar tóxicos y drogas.
- Mantener relaciones sociales y familiares saludables.
- Prácticas espirituales.
- Masajes terapéuticos.
Algunas opciones para disminuir el estrés en el trabajo:
- Hacer pausas para estirarse.
- Girar los hombros y mover el cuello.
- Dar un ligero masaje al cuero cabelludo o a la base del cuello.
- Levantarse y caminar.
- Respirar conscientemente.
- Beber agua.
- Relajación voluntaria.
- Cambio de actividades.
- Recuerdos de situaciones agradables.
- Momentos de descanso con visualización positiva.
Lucrecia Villanueva Struck
lucrevi@yahoo.com