Por Lucrecia Villanueva
Somos seres de hábitos. Cuando para nosotros algo ya es una costumbre, nuestro cerebro se encarga en automático de esas actividades y, de esta forma, nos deja espacio para pensar mientras realizamos las actividades habituales; así podemos manejar, lavar los trastes o realizar cualquier actividad repetitiva y, nuestra mente, puede estar atenta a un pensamiento, a una conversación…
Cuando hay un cambio, el cerebro tiene que trabajar para ajustarse a lo nuevo. Hace un esfuerzo para adecuarse, busca nuevas rutas, y eso lo estresa, nos exige atención, resolución, requiere que nos activemos y tomemos decisiones.
El cambio nos libera de volvernos autómatas, nos obliga a ser creativos, nos pone a trabajar, nos reta.
Si estás viviendo un cambio importante en tu vida, procura acompañarte de gente que te quiera. Habla de tus preocupaciones, comparte tus temores; la compañía de amigos nos ayuda a sentirnos mejor, nos da un sentido de pertenencia y nos permite ser vulnerables.
La psicoterapia es también una herramienta excelente para atravesar por los cambios y salir de ellos más fuertes, con más experiencia y sabiduría.
Lucrecia Villanueva Struck