Por Nina Llinares
Las denominadas piedras de la Luna, tienen en común dos características: por su blanco inmaculado, se asemejan a la brillante y blanca Luna celeste, y su composición mineral lleva un gran contenido en agua, cualidad que les aporta mayor magnetismo para denominarlas, “piedras lunares”.
A nivel energético, las piedras de la Luna nos ayudan en todo lo relacionado con nuestras emociones: equilibran, calman, serenan la mente, tranquilizan y nos transportan, cuando meditamos teniéndolas cerca, o sosteniéndolas entre nuestras manos, a estados de paz y relajación.
La Luna, además de estar relacionada con el agua, las emociones y las fluctuaciones emocionales, se vincula especialmente con las mujeres y los ciclos femeninos, por lo que las llamadas piedras de la Luna se consideran, desde tiempos ancestrales, cristales afines con lo femenino: magnético y maternal; siendo igualmente beneficiosas, por su energía nutricia y asimiladora, tanto en mujeres tanto como hombres interesados en descubrir y afianzar el lado femenino de la existencia.
Deseo que te gusten.
Nina Llinares.
Más información sobre las cualidades de las piedras lunares, en mis libros de Cristaloterapia: Cristales de sanación, Editorial EDAF, y Cristales de sanación para mujeres, Editorial OBELISCO, de los que puedes leer un resumen en el apartado libros de mi web: www.ninallinares.com