Kriss Pando
Los resentimientos son los bloques que nos impiden amarnos a nosotros mismos y a los demás. Los resentimientos no castigan a la otra persona, nos castigan a nosotros mismos. Se vuelven barreras que no nos dejan sentirnos bien y disfrutar de la vida. Nos impiden estar en armonía con el mundo. Los resentimientos son trozos de ira endurecidos, que solo se desbaratan y se disuelven con el perdón y el olvido.
Dejar ir los resentimientos no significa permitirle a la otra persona hacer lo que quiera si ello nos lastima; significa aceptar lo que ocurrió en el pasado y fijar límites para el futuro.
¡Podemos dejar ir los resentimientos y, aun así, tener límites!
Para poder dejar ir los resentimientos debemos ver la parte buena de la persona, o el bien que por fin se derivó de algún incidente que nos causó resentimiento; asimismo, ver nuestra parte en ello. Luego, debemos olvidar el incidente.
Qué mejor manera de empezar un año nuevo que borrando el pizarrón del pasado, así, podremos empezarlo libres de resentimientos.