Por María Islas
Siéntate en una postura cómoda; relaja tu espalda dejando que se dibuje una línea natural de la base de la columna hacia la coronilla.
Cierra los ojos y hazte consciente de la relación paradójica entre la base de tu cuerpo enraizada hacia abajo y la coronilla apuntando hacia arriba.
Permite que esa consciencia dibuje un solo eje en tu espalda, desde la tierra hasta el cielo.
Toma una inhalación profunda por la nariz y exhala por la boca tres veces.
Retoma la respiración por la nariz, y en la inhalación cuenta uno, en la exhalación dos, la próxima inhalación tres, la exhalación cuatro… y continúa hasta llegar al 10.
Al llegar al 10, vuelve a empezar. Si te distraes, comienza la cuenta nuevamente.
Realiza tantas rondas como quieras, al terminar, suelta la atención y solo observa hacia dónde se mueve tu mente.
Realiza esto de 5 – 10 minutos.