Por María Islas
Encuentra una postura cómoda donde puedas tener un soporte firme en la base de tu cuerpo.
Endereza tu espalda sin tensarla, dibujando un solo eje desde la base de la columna hasta la coronilla.
Relaja tus brazos, con las palmas de las manos recargadas suavemente en tus piernas.
Toma una inhalación profunda por la nariz y exhala por la boca. Repite tres veces.
Retoma la respiración por la nariz.
Comienza a llevar una cuenta mental que dure todo el tiempo que te tome inhalar.
Y cuenta cuánto tiempo te toma exhalar (1…2…3…4..).
Después de unas repeticiones, comienza a respirar de tal manera que te tome el mismo tiempo inhalar que exhalar, si inhalar te toma seis tiempos, tu exhalación deberá de durar seis tiempos.
Continúa con el control de tu respiración por varios minutos y deja que tu atención descanse en la cuenta de tu respiración.
Realiza esto de 10-15 minutos.