(luciérnaga del Corasol)
Por Bruno Díaz
Hay una llama,
que arde despacito y sin pausa
en el bosque protector de las costillas
Una llama que danza
mientras se consume,
ondulando con la vida
y ardiendo llama,
con su voz luminosa y cálida;
pequeño sol invisible
dentro del universo del cuerpo
un corasol que cuenta su crepitante historia
en una tonada: llamado ardiente;
sangre tibia que recorre
con su melodía
todos mis recovecos
Llama que llama
desde los bosques desconocidos
del interior
y que me invita a realizar una travesía
hacia el Misterio…
Sin saber, ando,
con la confianza plena
de que el viaje es la transformación
y el camino el maestro
Respondo al llamado:
llamarada interna
que me guía donde no hay sendas
soy una brasa,
una luciérnaga roja y alocada
de la hoguera universal,
que arde
vigorosa y amante
en la tremenda noche cósmica
Bruno Díaz