Por Karina M. Ortiz Guerrero
Aunque suena extraño, es posible realizar un intercambio dialógico con nuestro cuerpo, tanto con la enfermedad como con los síntomas que está manifestando. El lenguaje de los síntomas es diverso: de lo simbólico a lo literal, de lo emocional a lo mental… imágenes, recuerdos, sensaciones.
Una vez que logramos cambiar la perspectiva sobre la enfermedad y los síntomas, podemos dejar de huir de ellos, de ignorarlos, de sufrirlos u odiarlos. Podemos encontrarnos con ellos desde un lugar diferente, más amable, más compasivo, más amoroso. Conseguimos mirarlos frente a frente y aceptarlos como parte de una experiencia que nos da la oportunidad de conocernos más y, con esto, alcanzar mayor consciencia de nosotros/as mismos/as.
Te comparto una manera sencilla de llevar a cabo este diálogo:
En una postura cómoda −puede ser tu postura habitual de meditación− comienza a respirar de manera lenta y profunda. Respira con consciencia y ve relajando tu cuerpo y tu rostro; calmando tu estado mental y emocional. Con cada respiración, ve dirigiendo tu mirada hacia tu interior. Adéntrate más y más. Cuando te sientas en paz, dirige toda tu atención al síntoma o a la zona de tu cuerpo que lo está manifestando. Pregúntale amorosamente: “¿Qué tienes?” o “¿Qué te pasa?”, deja que llegue la respuesta. Ahora, pregúntale: “¿Qué puedo hacer por ti?”.
Cuando termines, toma notas para que no lo olvides. Recuerda que puedes repetir este ejercicio las veces que tú quieras.
En ocasiones hay síntomas que aparecen constantemente, van y vienen, en estos casos también es conveniente agudizar nuestra observación hacia el mundo interno y externo. Te recomiendo comenzar una bitácora, detecta y anota cómo te sientes cuando “regresa” el síntoma, qué está pasando dentro de ti, en tu familia, con tu pareja y amigos, en tu trabajo, etcétera. Después de un tiempo, es probable que encuentres un patrón, y esa es información valiosísima con la que puedes trabajar en psicoterapia y en terapias de sanación.
Incluso si al parecer no estás logrando comunicarte, eso ya es un dato, tal vez haya un fuerte bloqueo. Relájate, sigue intentando y no esperes un tipo de respuesta en particular, ábrete a todas las posibilidades. Como ya mencioné, los síntomas se comunican utilizando diferentes recursos, incluyendo los sueños.
Puedes apoyarte de otros recursos para ampliar el conocimiento sobre este tema. Te recomiendo los libros de Louise L. Hay y el libro La enfermedad como camino de T. Dethlefsen y R. Dahlke.
Om shanti om
Karina M. Ortiz Guerrero