Por Anna Vega de Karussa Yoga
Últimamente se ha dado mucho énfasis en meditar, en trabajar la quietud de la mente y poner pausa a esos pensamientos repetitivos que, muchas veces, solo traen sufrimiento.
En los últimos años, se han creado aplicaciones para celular con meditaciones guiadas, videos, meditaciones presenciales, virtuales y demás, por lo que hoy quiero compartirte, a través de mi experiencia, algunas recomendaciones más para frenar ese ruido mental.
Recordemos que Dhyana es parte de los ocho aspectos del yoga, los cuales están conectados para llegar a este punto de quietud y de consciencia plena.
Una vez que nuestro cuerpo está fuerte, y sobre todo que, nuestra columna vertebral tenga estabilidad para lograr permanecer erguida en una postura fácil. Así, podremos comenzar este viaje de introspección.
Antes que nada, busca un lugar tranquilo y limpio. Entra en una postura de sentado que te haga sentir cómodo. Alarga tu columna vertebral. Permanece con ojos cerrados o visualiza un punto fijo en el lugar en donde estás. Una vez que ya estés cómodo y en silencio, sigue los siguientes pasos:
1. Comienza a sentir tu cuerpo desde la parte inferior hasta la superior empezando a hacer un escaneo de cada parte de cuerpo, de la piel y de las sensaciones, de la textura del tapete, de la ropa en tu piel.
2. Recibe la inhalación y da la exhalación. No presiones nada, llegará por sí solo.
3. Presta atención a los sonidos externos, desde el más cercano hasta el más lejano.
4. Si viene algún pensamiento, obsérvalo y deja que pase.
Meditamos para tener un momento de tranquilidad. Meditamos para sentir el cuerpo. Meditamos para calmar nuestro tren de pensamiento. Meditamos para crear consciencia de quiénes somos y cómo estamos.
No juzgues tu inestabilidad, simplemente deja que las cosas pasen: pensamientos, sensaciones, texturas, olores, entre muchos factores más.
Date un tiempo para ti y para tener una energía en armonía y calma.
Namasté