Por José Luis Villanueva
Enfrentamiento con el odio
Es importante que el Ser Humano tome consciencia de que, en su haber, existen una serie de distintas energías que lo califican, y que es, a través de estas energías, que puede sentir felicidad, amor, odio, tristeza, etc.
Hablaremos hoy del sentimiento ODIO, generado, sin lugar a dudas, por un condicionamiento de los sentidos calificados a través del pensamiento. El odio es una de tantas energías generadas por los humanos. Tenemos que retomar nuestro Origen. Y bien, es necesario atraer a nosotros mismos toda la energía dispersa desde nuestro inicio en este plano.
¿Cómo hacerlo?
Eres la consecuencia y los efectos del pasado que viviste en esta vida. Una observación, no consideramos que el Ser Humano tenga que volver a su “ayer” antes de esta vida para corregir o trascender nada, ya que en esta vive todas las consecuencias del antes.
No es tiempo de saber quién tiene la razón y quién no la tiene; es tiempo de cambiar, y para esto habrá que ayudarse, cada quien, a través de la confianza y a través del conocimiento.
No creo que sea necesario explicar lo que le deja al Ser Humano el calificar su energía a través del sentimiento odio. No debe ya preocuparse tanto por lo que produce en los demás, sino, más bien, darse cuenta de cuál es el estado anímico del que disfruta o padece. Por supuesto, el odio ha traído destrucción a sí mismo y a su mundo.
El ejercicio que recomendamos para la segunda clase es el retomar, desde tu consciencia de este mundo, y revisar las vivencias que, a lo largo de tu camino, hayas tenido, en las que te hayas sentido agredido o que hayas reaccionado también de manera agresiva, y que, por lo tanto, hoy sigues respondiendo de la misma manera. Llegará el día en que ya no te sientas agredido, y esto lo lograrás a través de la NO DEPENDENCIA, pero, primero, habrá que limpiar y liberar estas energías del pasado.
La visualización que a continuación se sugiere, es muy simple y profunda.
Ejercicio
Para esto, deberás situarte en un lugar en donde te encuentres a gusto con la consciencia de que vas a curar tus heridas. Te armonizarás a través de armonizar tu cuerpo con respiraciones rítmicas, atrayendo a ti una sensación de paz y quietud.
Entonces, traerás a tu mente a todas aquellas personas que en alguna ocasión sentiste que te agredieron. Puedes traer a tu mente personajes de tu infancia: tu madre, tu padre, hermanos… hasta tu presente: amigos, pareja, jefe, vecino, suegra. Imagina que están frente a ti, dispuestos a escuchar, y les dirás a cada uno:
(Dices el nombre de la persona) Yo te perdono por lo que me has hecho y me perdono a mí mismo por este sentimiento que había abrigado hacia ti y nos había atado.
Te bendigo, porque a través de ti crecí y adquirí experiencia en la calidad del Amor que hoy manifiesto. ¡Gracias!
Generarás y proyectarás ese Amor hacia ese ser o seres que se presenten en tu pantalla mental, sin esperar respuesta de ellos.
Hazlo todos los días durante siete días seguidos, para poder pasar a la clase número tres.
José Luis VIllanueva