Por Lucrecia Villanueva
Una forma de crear para ti una etapa feliz en la vida, es cuando sueltas los patrones que te tenían repitiendo alguna vivencia dolorosa; cuando finalmente puedes llegar a la rendición de las creencias que te sostenían en el dolor; y, aunque suene fácil decirlo, en realidad es bastante complicado y toma mucho tiempo llegar a lograrlo.
¿Pero por qué es tan difícil soltar esos patrones?
Los estudios recientes demuestran que nuestro cuerpo se vuelve adicto a ciertos pensamientos, ya que estos liberan algunas sustancias a las cuáles nos volvemos dependientes. Es decir, esa persona que siempre está de malas y por cualquier razón grita o muestra su enojo, es adicto a ciertos neurotransmisores que se mantienen en su cuerpo cuando él genera estados de enojo.
Por lo tanto, cambiar nuestro carácter implica hacer cambios conscientes y sostener una nueva forma de ser y de estar de forma tal que nuestro organismo vaya cambiando, incluso a nivel químico.
Para ello debemos sustituir los antiguos hábitos por nuevos patrones de conducta, y erradicar de nuestro medio los detonadores habituales de ciertas conductas, ya sea acciones repetitivas, pensamientos tóxicos e incluso relaciones disfuncionales.
Es decir que si te das cuenta de que, al estar con un cierto grupo de amigos, te vuelves cruel en tus comentarios, y eso es un patrón que deseas cambiar, será mucho más fácil lograr tu objetivo lejos de esos amigos. Si descubres que, con frecuencia, entras a aplicaciones como Facebook, instagram, snapchat… para ver que están haciendo tus parejas o ex-parejas, y con ello generas en ti estados de ansiedad y celos constantes, ¿qué esperas para eliminar a esa persona o la aplicación misma? ¿No sería lógico desear la paz? La respuesta lógica es, ¡por supuesto!, pero nuestros hábitos y la creencia de que podemos controlarlo nos hacen una mala jugada y entramos en un estado adictivo; que es exactamente lo que genera la dependencia a la red social, o a lo que sentimos al interactuar con ella, aun cuando no sea benéfico para nosotros.
Cambiar patrones requiere de un trabajo comprometido para separarte de aquello que te daña, un día a la vez. El primer paso es reconocer que esa conducta es muy fuerte en ti, que domina una parte de tu vida. El segundo paso es observar tu necesidad de repetir la conducta y sustituirla por algo que te genere paz, hacer algo de forma propositiva cuando sientas esa ansiedad o impulso: respira, canta, habla con alguien a quien hace mucho tiempo no ves, has ejercicio, búscate un hobbie, etc.
Lo más importante, y difícil, es sostenerte en tu decisión. Y si recaes, recuérdate a ti mismo que estás aprendiendo, y vuelve a intentarlo. Un paso a la vez, un día a la vez…