Por Anna Vega
Karussa-Yoga
Conforme han ido pasando mis años de experiencia como practicante, alumna y maestra de yoga, he observado, a través de prácticas presenciales o virtuales, la manera en la que a los yoguinis se les olvida respirar: respirar en cada postura, en cada transición y hasta en la vida diaria. Se les puede notar la cara llena de tensión, o ciertas partes del cuerpo con gran rigidez.
Como ya he mencionado, cada vez son más los que se suman a esta gran práctica milenaria, y es por ello que me parece importante compartir lo siguiente: cuando estaba realizando mi formación de maestros, mi gran maestro Guillermo Heredia, en una práctica muy «iyengar» dijo lo siguiente:
A)Hay que aprender a practicar de forma relajada, conteniendo los músculos, suavizando cada parte de la piel y ser consciente de tu cuerpo.
- B) Hay que respirar. Cada estilo de yoga tiene su propio tipo de respiración en un estilo suave y amoroso, por lo tanto, hay que inspirar y expirar únicamente por nariz (aunque, en estilos un poco más elevados, a veces se da énfasis en la exhalación por la boca).
- C) Debemos alargar la musculatura del cuerpo entero; contemplarlo, sentirlo y gozarlo.
- D) Teniendo consciencia del alargamiento de nuestro cuerpo, él mismo se irá fortaleciendo.
Tomando en cuenta estos aspectos básicos (relajar, respirar, alargar y fortalecer) tenemos una práctica completa, unificada, para después pasar a otros peldaños como una práctica más elevada, mantener una buena postura en meditación o pranayama, y así las capas del yoga irán saliendo poco a poco.
Te invito a reflexionar sobre cómo estás practicando, y que enfoques tu mente en estos puntos para gozar cada Asana, para así evitar lesiones en tu cuerpo y mantener tu mente atenta a las acciones dictadas.
Espero te sea de ayuda.
Namasté