A mover el cuerpo al ritmo del respirar
Me subo a la caminadora con la intención de cumplir con mi propósito de hacer ejercicio este año nuevo que ha comenzado. Empiezo a caminar y mis pensamientos se van diluyendo, entonces recuerdo que la respiración consciente solo la he utilizado cuando estoy sin movimiento para sentirla dentro de mí. Me pregunto qué sucederá si empiezo a activar mi respiración mientras camino, así es que hago la prueba comenzando a respirar por la boca, mas siento que se reseca mi garganta. Está bien, ahora lo intentaré por la nariz: inhalando y exhalando en cada paso y conforme se acelera la velocidad de mis pasos; asimismo, acelero la velocidad de mi respirar.
Mi respiración se escucha afuera de mí, como una música que activa mi cuerpo y yo sigo su ritmo constante y continuo. Sigo caminando y me sorprendo de que mi cuerpo no se fatigue, al contrario, siento aun más energía. Empiezo a trotar y el cansancio se va en cada exhalación. Solo enfoco mi mente en mi respiración.
Así como la máquina marca los latidos cardiacos, de la misma manera debería marcar nuestras respiraciones, para así darnos cuenta de que entre más respiremos más energía tendremos.
La próxima vez que vayas al gimnasio, te invito a caminar enfocándote en tu respiración; verás que tendrás más resistencia, y que al salir de la banda te sentirás energetizado y liberado de las emociones y pensamientos que tenías atoradas por haber contenido tu aliento.
Respira, suspira, inspira.