Por Claudia Sánchez Musi
Hoy comienzo esta columna llena de alegría por el regalo de poder compartir contigo algunos trocitos de los cuales está hecha mi alma que, al igual que la tuya, desea expresarse, integrarse, comprender y seguir caminando la ruta del amor hacia niveles más profundos de expansión y entendimiento.
Para esta columna elegí el nombre “A Flor de Piel” imaginando que somos flores y que los pétalos de esa flor son nuestra piel. La piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo, esa capa de epidermis que nos cubre y nos protege, es lo que “contiene” a nuestro mundo interno y lo dota de individualidad, separándolo de lo externo, de esos mundos que a través de la ilusión sentimos separados y sin embargo son uno.
¿Qué te evoca estar A Flor de Piel?
Para mí “A Flor de Piel” es un término que me remite a las emociones más profundas, emociones del alma que rozan la piel; esas que te ponen la piel de gallina, que salen por cada poro, que transmiten lo que eres y lo que sientes y, sobre todo, lo que no tiene porqué contenerse.
A Flor de Piel es un espacio para hablar del alma humana, de nuestros sentimientos, de nuestros pensares; un espacio para exponer nuestras reflexiones y compartir nuestros andares por esta vida. Esta columna es un espacio creado con amor para ti, con la intención de honrar tu parte humana, con todas y cada una de tus emociones; y también para honrar tu parte divina y dignificar a la raza humana a través de esta.
¿De dónde proviene el Alma?
Hay algo ahí adentro, en el interior de tu piel, una energía que sostiene tu vida; algunos le llamamos “el Alma”, lo vivo y causante de vida por sí mismo. El Alma es aquello que nos convence de que existen cosas increíbles para que la vida sea vivida. En realidad, el Alma es impulso vital, el asiento de toda la sabiduría, de todo lo que necesitamos saber para nuestra vida, pues en el Alma se encuentra la información sobre el propósito individual de cada persona.
A mí me gusta pensar en el Alma como un océano. El Alma es el océano y cada uno de nosotros somos una gota dentro de él. Así que, si me preguntas, en realidad creo que existe un Alma, un Todo, un Gran Espíritu, Dios-Diosa; y cada uno de nosotros somos su manifestación individual.
El hombre tiene un Alma que es su ser real; su Esencia Divina, Poderosa y Creadora de todas las cosas; pero también tiene un cuerpo físico que corresponde al templo terrenal de esta Alma. Siempre que nosotros lo permitamos, nuestra Alma nos guiará, protegerá y animará, amorosa y compasivamente para avanzar en nuestra evolución, encaminados siempre a ser la mejor versión que podemos ser. La misión de nuestra Alma es recordarnos de dónde provenimos y hacia dónde nos dirigimos.
Así, querido lector, te doy la bienvenida a este espacio en donde podremos viajar juntos a lo más profundo del Alma y A Flor de Piel compartir lo que somos, lo que nos une, lo que nos hace llorar y lo que nos hace reír; pero sobre todo, lo que nos hará trascender y ser simplemente mejores seres humanos.
Claudia Sánchez Musi